viernes, 8 de agosto de 2008

El Poder Chino



Si vieron la espectacular puesta en escena que hizo China el pasado 8 de agosto durante el acto inaugural de las Olimpiadas de Beijing, habrán quedado extasiados por la utilización de la tecnología para desarrollar pantallas de LCD de más de 75 metros de largo, el diseño y arquitectura de los modernos estadios y la gran cantidad de luz y color que se utilizó en el evento.

Pero más a allá de la extravagancia tecnológica y la majestuosidad con la que los organizadores del evento(dígase el gobierno Chino) expresaron las diatribas en las que vive el país con la economía de más rápida expansión de los últimos 10 años, la ceremonia estuvo marcada por lo que se podría considerar el secreto del éxito Chino: la fuerza humana.

En vez de utilizar costosos robots o grandes muñecos o maquetas que hicieran aparición en el centro del la arena, el foco de atracción estuvo siempre sobre la persona o personas (cientos en ocasiones con sincronización perfecta) que con sus cuerpos creaban formas y daban vida a lo que se quería expresar: lo que se pudo solucionar con sistemas hidráulicos se celebró con poder humano.

Más allá de una simple anécdota, esta decisión de colocar al componente humano como centro de atracción encarna la capacidad de producción China y se reproduce una parte importante de su idiosincrasia –elemento de aprendizaje básico en el mundo de los negocios de hoy—; son miles de millones de personas que hacen el trabajo con sus manos a bajo costo evitando que tecnologías lujosas se encarguen de manufacturar y producir millones de productos: este es el poder Chino.