“Al igual que Colón, cuando zarpé, también yo daba por hecho de que la tierra era redonda, pero lo que me encontré en la autentica India hizo tambalearse profundamente esa idea…”
“Jamás me habían orientado de esa manera en un campo de Golf: ‘Apunta a Microsoft o a IBM’ me dijo el cadi”. Así comienza su libro Friedman, ejemplarizando cómo se dio cuenta del aplanamiento de nuestro planeta durante un viaje a Banglore, India. El autor se refiere a los edificios de compañías que pueblan el horizonte de los campos de golf que se encuentran en la ciudad India. Pero Friedman va un poco más allá, no dejándose convencer con una simple explicación del gran proceso globalizador en el que vivimos, sino explica, argumenta y expone lo que para él son los grandes aplanadores del mundo. Pero antes de embarcarse en la ilustración de las fuerzas que están allanando el mundo, Friedman nos ofrece anécdotas e historias del resultado de dicha aplanada, así como un breve recuento de las épocas de globalización que han transcurrido.
El autor nos conduce por las entrañas de las bases en Banglore de ciertas compañías occidentales –realmente mundiales— mientras investigaba el tema de la globalización para el New York Times, haciendo hincapié en el caso de Infosys, una empresa de Software que presta servicio telefónico a las mayores compañías de informática (entre otros campos) del mundo. En la central Infosys observamos como decenas de pisos en un gran edificio de oficinas son destinados para anidar a la central de teleoperadores de la compañía, que no solo atienden y resuelven los problemas digitales de miles de personas en la India, ¡sino en todo el mundo! ¿Cómo es posible que un indio del otro lado del planeta pueda ayudarte a solucionar los problemas de tu computador con un español casi perfecto y que tú ni cuenta te des? ¿Cuándo ocurrió este cambio? Nos quedamos dormidos…
Hace más de 500 años Colón descubrió América, acción que llevó a la idea de la redondez de la tierra. Hoy en día, en pleno siglo XXI, estamos inmersos en una vorágine que está cambiando nuestro mundo tan radicalmente, que incluso lo está haciendo plano de nuevo. Pero en este periodo de tiempo se han hecho avances que han impulsado dicho “aplanamiento” para apuntar en nuestra dirección de avances. Cuando Colón descubrió el continente americano, se gestó la Globalización 1.0 –según Friedman—, que permitió tener una visión más reducida de la tierra, pasando de “grande a mediana”. Durante esta primera etapa lo que movía al mundo eran maquinas de vapor y la interrogante de cómo encajo yo (como individuo, cultura o país) en el mundo desde un punto de vista comercial primordialmente.
La segunda etapa o era, la Globalización 2.0, se produjo desde 1800 hasta el año 2000. Durante este periodo se encogió la talla del mundo de “mediana a pequeña” gracias a la creación de empresas multinacionales –o con una visión multinacional— y el abaratamiento de los costos de trasporte (ferrocarril, automóvil, avión) entre otras, para finalizar con la creación de computadores y tecnologías virtuales. Esta segunda época marcó la aparición de un entendimiento del mundo como unidad y de la interacción entre individuos a escala global. La Globalización 2.0 concluye con dos hechos que repercuten aún hoy en nuestro mundo: el derrumbe del muro de Berlín y la era dual socio-política, para dar paso a una etapa marcada por un solo ritmo político global; y la creación del World Wide Web, o el internet como popularmente se le conoce, que trajo consigo la visión de una sola humanidad unida en cualquier lugar y momento a través de computadores. A pesar de estos avances, eran las organizaciones y compañías globales las que se aprovechaban de estos cambios (sobretodo europeas y norteamericanas), dejando al individuo a su disposición para ofrecerle lo que se le antojara al sector privado.
Hoy en día, La Globalización 3.0 está adueñándose de nuestras vidas, permitiendo que cualquier individuo no solo esté conectado con cualquier otro en cualquier momento y lugar, sino que ambos puedan impulsar un mismo comercio sin conocerse en persona, tener acceso a información ilimitada y que puedan actuar a escala global con interfases tan sencillas que están siendo utilizadas por niños menores a 6 años. Este rasgo de libertad para actuar a nivel global es la característica primordial de esta tercera etapa de globalización: qué un sujeto común de Ciudad de México, Bombay o Londres sea capaz pertenecer y aprovechar la ola de la globalización a su antojo.
La etapa de Globalización que estamos viviendo permite que nuestros problemas de impuestos sean resueltos por un experto financiero en Shangai sin salir de casa, el radio-operador de la ventanilla que atiende a los clientes directamente al automóvil en McDonalds esté a más de 4.000 Km. de distancia en una oficina en Quito, un motor Rolls Royce de un avión Boeing 777 pueda ser manipulado inalambricamente en el caso de fallas, que podamos imprimir nuestra reservación de hotel y pasaje de avión en menos de 5 minutos y sin contactar a nuestro agente de viajes y que, ejemplo más representativo para el autor, podamos ser atendidos telefónicamente en cualquier parte del mundo para resolver nuestros problemas con respecto a un producto o empresa:
“-Operadora de Infosys en Banglore, India, obteniendo el número de identificación de un Americano: ´ ¿Sería tan amable de facilitarme los cuatro últimos dígitos de su número de seguro social?´
-Operadora de Infosys en Banglore, India, dando indicaciones como si estuviera viendo Manhattan desde su ventana: `Sí, tenemos una oficina en la 74 con segunda avenida…`
-Operadora de Infosys en Banglore, India, intentado ayudar a una mujer en París con su computador: `Empiece por pasar la memoria Okay, para luego reiniciar el computador…`
-Operadora de Infosys en Banglore, India, intentando ayudar a una mujer Japonesa que no soporta estar un segundo más en línea telefónica: `Señora, entiendo que tenga mucha prisa, estoy intentando ayudarla