El vigilante del banco que nos da la bienvenida y nos dice
donde podemos encontrar lo que buscamos, la persona de limpieza que nos da dirección
en un automercado, la recepcionista que atiende el teléfono en nuestra empresa.
Todos ellos son personas que no necesariamente tienen el
deber de conocer el cómo tratar con nuestros clientes y consumidores.
De hecho, en la mente del marketero no deben, si quiera, tener estas tareas.
Pero como esto es mercadeo, no importa lo que pensemos los
marketeros. Lo que importa, es lo que piensan los consumidores…. Hoy qué
estamos haciendo para darle mejor servicio, incluso a través de los medios no
tradicionales?
O elevemos la pregunta aún más. Cómo vendemos algo que el
consumidor no cree querer y como podemos aprovechar a estas personas “contacto”
para hacerlo. Una respuesta:
”I teach high school math. I sell
a product to a market that doesn’t want it, but is forced by law to buy it. If
not, I would have to engage them with any means possible” (Dan Meyer)
Cómo venderíamos la clase de matemática si los alumnos
pudieran elegir no tomarla?